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El amor, el cariño, la ternura y la emoción, son solo algunas de las sensaciones especiales que podemos disfrutar en este título, que de principio a fin, nos lleva por un extraordinario recorrido lleno de muchos recuerdos: efemérides que dan vida a una gran historia basada en un sinfín de lana andante, que brinca y se llena de valor ante los inesperados obstáculos, que el camino presenta.
Los chicos de Coldwood Interactive nos traen un vídeojuego que, hasta el momento, maneja una narrativa muy especial y no encontrada en más títulos de la industria. Unravel fue anunciado durante la pasada conferencia E3 del 2015, y desde aquel momento, quienes esperamos por juegos poco comunes, quedamos totalmente encantados con éste.
En Unravel tomamos el rol de Yarny, una diminuta criatura hecha de madeja de lana, que comienza su aventura como una inocente vida cualquiera. Al salir de su casa, se encamina por un típico jardín colorido, que se convierte en un amplio terreno lleno de aventuras y pequeños desafíos por resolver. La composición de los entornos es una invitación a la aventura, a la paciencia y a la lógica creativa, pues cada “puzle” podremos resolverlo con métodos diferentes y algo inesperados.
La historia de nuestro pequeño y entrañable Yarny es un claro reflejo del afecto familiar, un cariño que contagia e invita a la reflexión pues, realmente, no es una historia que resalte por hechos bizarros, infancia maltratada, ni malos tratos, sino más bien, gira en torno a un compilado de momentos desbordados de recuerdos y mucho amor.
Todos los entornos están inspirados en una casa ubicada al norte de Suecia, donde la naturaleza se convierte en un factor fundamental: cada objeto que la compone, posee un estilo especial que conlleva un gran reto para nuestro amigo Yarny. La aventura, aunque parezca lineal, es muy conmovedora y nos hace olvidarnos de disparos, efectos especiales, sonidos extravagantes y demás detalles, que encontramos en juegos de última tecnología.
Las misiones de Yarny van ligadas a la búsqueda de recuerdos y colección de momentos únicos, los cuales vamos reuniendo y van representados en un prendedor de tela, que al final de la jornada, colocaremos en el álbum de los recuerdos, junto a las fotografías que ilustran cada parte de la historia secundaria, a la cual estamos dando vida.
Andando, andando el hilo va quedando…
La jugabilidad de Unravel es un aspecto digno de resaltar, pues este está diseñado con el fin de que nosotros, como jugadores, lo entendamos fácilmente y nos apropiemos del personaje. Cada opción, habilidad y movimiento de Yarny se puede memorizar con facilidad, lo que ayuda enormemente al momento de resolver puzles, pues nuestra creatividad saldrá a flote, en estos complicados momentos.
A medida que avanzamos, el cuerpo de Yarny va quedando en el camino; es por eso que la madeja debe ser recargada constantemente; sin embargo, habrá momentos en los que nos quedamos a centímetros del nuevo rollo de lana, imposibilitados de poder alcanzarla; es ahí donde tendremos que analizar nuevamente el entorno, replantear los movimientos y así, lograr el objetivo.
Su cuerpo, refiriéndome a Yarny, es todo lo que necesitamos para salir airosos de cada desafío, ya que de él se desprenden extremidades de hilo que servirán para alcanzar objetos, jalarlos y hasta derrapar sobre ellos; así mismo, podremos balancearnos y crear plataformas de lana que servirán como trampolín, para llegar a lugares elevados.
La recursividad, unida a las habilidades de nuestro valiente Yarny, resulta ser una de las cualidades más destacables. En cada acción, por más difícil que parezca, se podrá salir de la manera menos esperada; por eso, en ocasiones, el contexto contiene objetos interactivos que, simplemente, están allí para causarnos distracción. Solo habrá que tener paciencia y encontrar la salida adecuada.
A falta de diálogos, la serenidad de la música nos acompaña…
En Unravel todo es perfecto por donde se le mire: el audio se convierte en protagonista y en esta ocasión los diálogos y sonidos incidentales no harán falta, pues la banda sonora se acomoda a la perfección, donde cada movimiento y acción se convierten en arte. La música fue una gran elección, creada por expertos en este ámbito, que trabajaron para dar vida a un sonido tan especial, como Unravel.
Dos músicos suecos fueron los encargados de este aspecto y para ello apelaron a los ritmos “folk”, para recrear en cada contexto una atmósfera diferente, que permita que se acomode y transporte, desde la escucha, al jugador. Jugando Unravel nos envolvemos en una historia de fraternidad; por eso su banda sonora no es más que un elogio, al arte aplicado a los vídeojuegos.
Yarny, querido amigo de estambre…
En Coldwood, quisieron representar la unión y la reparación de los vínculos rotos, de una manera diferente y creativa, de forma tan especial, que inspira armonía y es capaz de acomodarse a una narrativa tan pacífica y memorable, como la de Unravel. Así nació Yarny, un pequeño rollo de lana con cuerpo, que se asemeja a un diminuto gato.
Yarny, posee habilidades extraordinarias para su personalidad: es capaz de enfrentarse a diferentes entornos: desde un apestoso fango, un césped verde y natural, hasta un congelado piso de nieve.
Un mundo explorable y lleno de vida…
A pesar de tener un semblante de plataforma muy lineal, Unravel saca todo el cliché de este género para ofrecernos una experiencia llena de vida y color. Cada lugar cuenta con la capacidad suficiente para sumergirnos en la historia, demostrando que con poco, se puede lograr mucho. El motor utilizado fue el PhyreEngine, que en esta entrega ha mostrado gráficos y animaciones bastante parecidas a la realidad.
Unravel es, simplemente, una oda al arte, al amor y la creatividad. Un juego que invita a la reflexión, a la fraternidad y a la unión familiar, pues este nos deja una enseñanza muy importante: y es que los recuerdos, al final son lo que perdura. Nada que envidiarle a juegos triple A, o desarrolladores ostentosos.
