Por: Fernando Arditti, VP y Gerente General para WS02 en LATAM
La pandemia de COVID-19 impactó al mundo en todos los sentidos y las empresas tuvieron que revisar sus estrategias para adaptarse a una nueva realidad donde predomina lo digital. Si bien las iniciativas tecnológicas, tanto en el ámbito privado como en el personal, siempre han sido relevantes, hoy los equipos de TI miran sus operaciones bajo una nueva luz.
En un momento en que la innovación es primordial para seguir siendo relevantes, las empresas están rediseñando su negocio, procesos y tecnologías para sobresalir y ofrecer ni solamente mejores productos, pero también mejores experiencias.
Así lo confirma el informe “Reprogramación de la empresa: mantener el ritmo de la ola de innovación”, que ofrece los resultados de una encuesta aplicada a 500 tomadores de decisiones de TI, en donde destaca que el 85% está de acuerdo en que hay una urgencia para centrarse en las experiencias digitales de los consumidores. Además, el 73% de los encuestados afirma que la decisión de centrarse en la experiencia digital en su propia organización fue repentina.
El uso acelerado de los canales digitales está remodelando las estrategias organizacionales y tecnológicas. Pero ¿qué tan bien entienden las empresas las experiencias digitales de los clientes? Depende de a quien le preguntemos. Y es que para nadie es novedad hablar de digitalización y la necesidad de poner a los clientes al centro de las estrategias organizacionales; pero la realidad es que apenas la mitad de los ejecutivos de nivel C comprende muy buen las experiencias digitales de sus clientes, en comparación con el 30% de los directores y el 22% de los gerentes. Las respuestas sugieren una posible desconexión entre los principales tomadores de decisiones y aquellos que están más involucrados en mejorar las experiencias de los clientes a diario.
Queda claro que la adopción de tecnologías y visiones estratégicas e innovadoras deberían ser la base del negocio, pero la realidad es que el impulso para acelerar la innovación está ejerciendo presiones adicionales sobre las empresas que ya enfrentan una escasez de desarrolladores de software. De hecho, este déficit ha tenido un impacto negativo en su negocio, retrasando los proyectos y reduciendo la productividad, que eventualmente significa una ralentización en el ritmo de la innovación.
Para hacer frente a la escasez, las organizaciones hoy confían en una combinación de estrategias de dotación de personal, desarrollo profesional y tecnología. Además, es probable que más personas que no son desarrolladores utilicen herramientas de desarrollo de código bajo o sin código, en los próximos tres años de ahí que las organizaciones estén capacitando a colaboradores de perfiles diversos en habilidades de desarrollador.
Ofrecer rápidamente experiencias digitales innovadoras se está convirtiendo en un factor crítico en la capacidad de las empresas para competir. Los beneficios nativos de la nube, como la escalabilidad, la resiliencia y la agilidad, son parte integral de la experiencia, pero no son fáciles de lograr. La automatización de la implementación también es esencial, pero agrega una complejidad propia. Los desarrolladores, especialmente aquellos con estas habilidades, son escasos y necesitan mejores herramientas para competir y tener éxito. ¿Entonces? En resume, se trata de innovar o morir.