Escrito por Branko Aime el
Soft and hard

BigData, entornos virtualizados, la industria gráfica y de vídeojuegos, se benefician de esta plataforma de almacenamiento.

El explosivo crecimiento de aplicaciones para análisis de datos en tiempo real, así como el uso de máquinas virtuales y sistemas para almacenamiento masivo en la empresa, han producido una necesidad inminente de nuevas velocidades de procesamiento, mayor ancho de banda, mayor almacenamiento con  capacidades de memoria nunca antes vistas en la industria.

A medida que la tecnología de memoria DDR3 se acerca a sus propios límites, la industria de cómputo exige un rendimiento más elevado y un mayor ancho de banda con el fin de obtener mayor desempeño y capacidades de los DIMM más elevadas.

A pesar de que las memorias DDR3 han sido un importante factor de innovación que ha empujado la velocidad del procesamiento hasta límites insospechados, lo cierto es que hoy, las modernas arquitecturas de los procesadores son más exigentes y requieren nuevos niveles de desempeño para satisfacer las necesidades actuales y futuras de las plataformas de cómputo.

Es así como algunos fabricantes globales como Kingston Technology Co. han tomado la delantera, al desarrollar la nueva generación de módulos de memoria DDR4, que ofrecen mayor rendimiento, mejor integridad de los datos y menor consumo de energía.

Un poco de historia…

Para comprender mejor la tecnología DDR4, vale la pena repasar la historia de los módulos de memoria DDR3, que fueron introducidos por Kingston Technology Co. en 2008 y representaron un avance significativo en reducción de consumo de energía de un 40% en comparación con los módulos anteriores  DDR2; además, con su tecnología actual de 40 nanómetros nos ofrece  la ventaja de utilizar menores voltajes  tales como 1.5 volts en comparación con los 1.8volts de los módulos DDR2.

Gracias a los módulos DDR3, la arquitectura de las computadoras portátiles se benefició de forma espectacular ya que además de aumentar la velocidad de procesamiento brindó una solución térmica y energética más eficiente, lo cual se tradujo en laptops más veloces, con mejor disipación de calor y una mayor autonomía de la batería.

Luego de seis años en el mercado, los módulos de memoria DDR4 debutaron en 2014, durante la conferencia Computex Taipei, anuncio que coincidió con el lanzamiento de los nuevos chipsets de Intel que soportan el procesador Haswell-E.  En ese momento, los DDR4 prometieron dos cosas: mayor desempeño y mejor consumo de energía que sus predecesores, y lo han logrado, ya que utilizan 1.2 volts vs1.5 volts  que usan  los módulos DDR3 y brindan velocidades desde 2133MHz hasta una posible extensión a 4266Mhz, en comparación con los 1866MHz, que es la velocidad máxima de los DDR3.

Pero, ¿Qué es DDR4?

DDR4 es un nuevo estándar de memoria que ha sido diseñado para sustituir a DDR3 y permite funcionar de forma confiable a velocidades mucho más altas, con bajos voltajes y 50% más de ancho de banda para la transferencia de datos.

Las mejoras incluyen mayor velocidad, capacidad y 50% más de desempeño y ancho de banda sobre DDR3, así como  nuevas características tales como 4266 MT/s  (Millones de transferencias por segundo), que en la práctica resultan en un mejor rendimiento , especialmente en tareas donde se requiere gran velocidad de extracción de datos obteniendo un rendimiento excelente en entornos virtualizados.

Además de proveer un rendimiento optimizado y computación de bajo costo, la memoria DDR4 también proporciona controles de redundancia cíclica (CRC), que mejoran la confiabilidad de los datos así como la detección de la paridad en el chip para verificar la integridad de “mando y dirección” de transferencias sobre un vínculo. También provee mayor integridad de la señal y otras características que la hacen mucho más robusta que DDR3.

Aplicaciones prácticas

Aunque a simple vista, las memorias DDR4 impactarán positivamente la experiencia de los usuarios de vídeojuegos, lo cierto es que al proveer mayor velocidad, las gráficas tendrán mayor resolución y fluidez, lo que, además, beneficiará al procesamiento de imágenes y vídeo.

Se trata de un paso evolutivo en vista de obtener mayores velocidades y ancho de banda en preparación para la próxima oleada de procesamiento intensivo de datos como consecuencia del «Internet de las Cosas», donde un sin número de dispositivos y sensores conectados a la red, elevará la tasa de análisis, procesamiento y almacenamiento de datos a niveles nunca antes imaginados.

El beneficio clave final es que los sistemas de cómputo requieren mucha menor energía, especialmente en centros de datos, donde el poder de procesamiento de grandes volúmenes de información exige, no solo mayores velocidades sino también bajo consumo de energía. Esto se traduce en sistemas más confiables y robustos con mayores índices de desempeño.

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